La firma astorgana exporta a más de una veintena de países de tres continentes
A lo largo de los años Cecinas Pablo ha sabido encontrar el equilibrio perfecto entre tradición e innovación, dos factores que se esconden detrás de su receta de éxito, la que ha logrado que sus productos sean reconocidos por su calidad dentro y fuera de las fronteras nacionales. La cecina de vacuno (vaca y buey) gran reserva, los jamones, los embutidos, los loncheados, frescos y delicatessen y los embutidos para cocinar son algunos de sus productos estrella y los responsables de que la empresa baraje actualmente cifras de negocio que rondan los siete millones de euros.
Desde su apertura, en 1993, Cecinas Pablo no ha dejado de crecer. Esta compañía astorgana -con una plantilla de 40 trabajadores- cuenta con unas instalaciones que han sido ampliadas en dos ocasiones hasta alcanzar los 4.200 metros cuadrados de superficie útil en los que dispone de zonas específicas destinadas a la elaboración de embutidos y salazones cárnicos.
Conscientes de su potencial y avalados por el éxito de su actividad a nivel nacional, desde Cecinas Pablo también se han lanzado al mercado exterior, donde sus productos han encontrado una buena acogida. Tanto es así que sus exportaciones -a más de una veintena de países de tres continentes- suponen ya más del 10 por ciento de su facturación global. No obstante, lejos de conformarse, desde la empresa trabajan cada día para llegar a más consumidores y en ofrecer una mayor variedad manteniendo la calidad como su mejor garantía. Fruto de esta apuesta por la innovación, en los últimos tres años han puesto en el mercado un total de 21 nuevos productos.
Crema de cecina
Ellos son los responsables, por ejemplo, de la invención de la crema de cecina, que lanzaron al mercado en 2009 y que supuso una auténtica revolución gastronómica. Además, recientemente han puesto a la venta otros nuevos productos, como la cecina loncheada en aceite de oliva virgen extra, los chorizos a la sidra para microondas o nuevas cremas de cecina fusionadas con otros dos afamados productos leoneses, el queso de Valdeón y el chocolate de Astorga.
La trayectoria empresarial de Cecinas Pablo es el relato de una historia de éxito cuyos orígenes se remontan varios años antes del nacimiento, en 1993, de su firma comercial. Los primeros pasos de esta empresa, dirigida por Pablo Barros Cordero, hay que buscarlos en 1977, cuando Pablo Barros de Arriba y Ángeles Cordero fundaron Cárnicas Pablo, y en el sótano de este establecimiento iniciaron la fabricación de cecinas artesanales recuperando los criterios tradicionales de los pueblos de la zona. El negocio funcionó bien y en 1985 abrieron su segundo establecimiento, la primera tienda gourmet de Astorga.
«Producto de calidad»
Pablo Barros Cordero -que con apenas 30 años es el director general de Cecinas Pablo y en uno de los responsables de su éxito- vivió muy de cerca la evolución de la compañía. Según comenta, desde muy pequeño sus padres le inculcaron los valores empresariales y fue consciente de su «esfuerzo por levantar la empresa y por conseguir que poco a poco fuera creciendo de forma sólida». Ahora, su compromiso pasa por «continuar trabajando para adaptarse a los gustos de los consumidores» siempre con el objetivo de «ofrecerles un producto de calidad» elaborado siempre «de forma tradicional y natural».
Actualmente, la empresa comercializa 150 productos, y ha obtenido diferentes certificaciones internacionales de calidad y sus embutidos han sido premiados en diferentes ocasiones. En concreto, en el año 2006 la cecina de Astorga recibió el Great Taste Award, considerado como el Oscar de la alimentación, en su categoría de oro
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